domingo, 4 de noviembre de 2012

De la arrogancia



DE LA ARROGANCIA

La definición de arrogante es presuntuoso, soberbio, altanero, altivo, impertinente, desdeñoso, insolente, envarado, despreciativo, despectivo, duro, engreído, vanidoso, orgulloso, imperioso, chulo, chuleta, fachendoso, gallito, tieso, inmodesto, creído, petulante, encopetado, estirado, hinchado, prepotente, soberbio, ufano y valentón.
¿Te topas a menudo con personas completamente encerradas en sí mismas, incapaces de entender a gente con visiones diferentes, creídos que ellos tienen la verdad, hasta el punto de ser altaneras, riéndose  y abiertamente arrogantes? Las personas que realmente se ajustan a esta categoría pueden ser una fuente inagotable de experiencias negativas en su trato, y es mejor evitarlas. Este artículo te ayudará a distinguir entre los verdaderos arrogantes y aquellos con un poco de soberbia (aunque los puedes tolerar).

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Procedente del latín arrogantĭa, arrogancia es la cualidad de arrogante. Este adjetivo (arrogante), por su parte, refiere a alguien altanero o soberbio. Por ejemplo: «El presidente de la junta de una residencia, a pesar de las quejas constantes de los residentes, se paseó por residencia con su habitual arrogancia: ya podéis protestar, quien manda soy yo; sin dignarse a responder las cartas aunque si lo haga para amenazar con la fuerza, siendo asesorado  por sus asesores habituales», «Debes dejar la arrogancia de lado y admitir que te has equivocado», o «La arrogancia de ser presidente no te llevará a ningún lado: te recomiendo estudiar mas la Biblia para seguir mejorando».
Puede considerarse a la arrogancia como un defecto de la personalidad. El individuo arrogante siente un orgullo excesivo sobre su persona y exige un reconocimiento desmedido, creyéndose con derecho a tener privilegios que, en realidad, no tiene ni debería tener.
Por ejemplo, la residencia es para discapacitados y se supone que esta para servir a los residentes, pues lo importante es que la cocina y otros menesteres estén a su servicio.
Pero el personal de la entidad come todos  allí y, de vez en cuando, alguno de la junta. Estos son casi el doble que los residentes. Pero todo lo que come el personal lo pagan los residentes. La cocina debería estar al servicio de los residentes, que además tienen muchas dietas distintas. Aunque, por economía, la comida de la mayoría de residentes es poco variada, se basa en alimentos contraindicados y es la de costo más bajo. El único, o casi, menú normal es el que comen la minoría de residentes y el personal y asimilados. Ellos pueden repetir, pero los residentes no.
Es importante diferenciar entre la arrogancia y la autoestima o la confianza en uno mismo. Tener una elevada autoestima o confiar en las capacidades personales de uno mismo no supone un defecto ni tiene connotación negativa; por el contrario, resulta saludable y beneficioso para la persona. La arrogancia es un exceso de dicho sentimiento.
Ejemplo: uno de la junta tiene un video en una página en que resalta su altruismo desinteresado remarcando su gran valía y sencillez y como parece que la gente no lo saben deja un testimonio con su  imagen.
El arrogante se atribuye una importancia desmedida basada en su autoimagen. Por lo tanto, actúa en consonancia con esa imagen distorsionada de sí mismo y quiere ejercer derechos que se atribuye en base a dicha supuesta importancia.
        Imaginemos una entrevista con un escritor que acaba de publicar un libro. El autor podría mencionar que está muy contento con el resultado final de la obra, lo que refleja su buena autoestima. En cambio, si agrega que acaba de presentar «el mejor libro de la historia de la literatura nacional» o si comenta que «no existe otro escritor con mi talento», demostrará su arrogancia.
En la teoría de la neurosis de Karen Horney, la arrogancia es el producto de la compensación que ocurre en el ego por tener una autoimagen inflada. Por lo tanto la persona pretende ejercer los derechos que cree tener por la importancia que se atribuye a sí misma, basada en su autoimagen; mientras que los demás lo ven y reconocen por lo que es.

La destrucción de un arrogante

Dice Nahúm 2: 8-12: «Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira. 9 Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables. 10 Vacía, agotada y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las entrañas, rostros demudados. 11 ¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los espantase? 12 El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas».
La arrogancia es un estado en que la persona está convencida de que tiene el derecho de estar por encima de los demás. La ciudad de Nínive, capital del imperio de Asiria, por su nivel de poderío adquirido le llenó de arrogancia, aun después del mensaje de Jonás, y le hizo mucho daño a Israel, el pueblo de Dios. Pero todo tiene su fin. Cuando el profeta Nahúm habla de su eminente destrucción, ya no hay retroceso: el juicio sobre la ciudad ya se está ejecutando. Aquí se describe una derrota completa sobre Nínive; oportunidades tuvo de salvarse, pero nunca hizo caso: el verso 10 dice que quedó desolada.
Toda arrogancia tiene sus consecuencias. No hay persona en esta tierra que no tenga necesidad; por lo tanto que nadie se sienta superior a nadie, que el trabajo, posición social, dinero, casa o carro, no le haga sentirse superior, porque tiene sus consecuencias.
Así lo dice Mateo 6: 34 «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal». Y Santiago 4: 13-14 «¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece».
 
La doble cara del arrogante

Muchas veces la persona arrogante trata de impresionar con lo que tiene, y otras veces lo hace en un tono suave, para no dar a conocer su arrogancia: hasta habla en tono suave, pero cuando menos se piensa es una víbora.
       El rey Manases, el hijo de Ezequías, reinó sobre Judá después que su padre murió. Manases comenzó a reinar cuando tenía 12 años de edad (2 Reyes 21:1), y la Escritura nos dice que hizo lo malo ante los ojos del Señor, practicando abominaciones peores que las de las naciones paganas (2 Reyes 21:9). El arrogante en muchas de las ocasiones se muestra humilde, pero por detrás es otra cara. La Biblia dice «El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios» (Salmo 10:4). 
         Entonces lo más importante es la condición del corazón para con Dios. Manases pudo haber tenido las características personales externas que hubieran hecho de él un gran Santa Claus de los que se presentan en la fiesta de Navidad, pero si no iba en pos del Dios de la Biblia: era una persona arrogante. El vestido no hace al humilde, sino su corazón hacia Dios.

El arrogante busca su propia alabanza

El arrogante busca su propia alabanza, no la que es dirigida hacia Dios. Dicen los Proverbios 16:18 «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu».
         Dios rechaza la arrogancia de los hombres, y eso fue lo que le sucedió al pueblo de Nínive, por eso fue rechazado por Dios. Esa fue la razón que la misericordia de Él ya no estuvo a favor de ellos. Y eso mismo es lo que le puede suceder a cualquier persona que se vuelva arrogante, por un lado de muestra un cordero pero por el otro es un lobo, Dios tiene su sentencia para esa clase de persona. Dice el Salmo 5:5 «Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad».
       Aquellos que hacen iniquidad son los mismas personas arrogantes que rechazan a Dios, como muestra el Salmo 14:1, 4 «Dice el necio en su corazón: No hay Dios... ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad?» Y los Proverbios 16:5 «Abominación es a Jehová todo altivo de corazón, ciertamente no quedará impune»

Conclusión

El arrogante está en su propio camino de destrucción como le sucedió a Nínive; pero aquellos que son humildes de corazón ante Dios, se les ha prometido bendecirles. Mateo 5:5 «Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad». Dios ha prometido quitar al orgulloso del poder y establecer a los verdaderos mansos y humildes de espíritu.  

Jesús Córdoba García
Humillados y Ofendidos (Diversidad funcional)

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